"Había una peluquería, atendida siempre por el mismo viejo que en el barrio le decían Tijerita. Yo odiaba cortarme el pelo, pero Tijerita tenía las mejores y más nuevas revistas de Patoruzú y a mi me encantaba. Un día mientras esperaba mi turno para cortarme estaba leyendo las revistas, me las puse abajo del brazo y salí disimuladamente como quien no quiere la cosa. Y de repente Tijerita me llamó... con mis cinco o seis años me imaginaba que iba a ir a la cárcel, con los grilletes y toda la cosa, y la vergüenza de todo el barrio. Pero simplemente me miró y me dijo "nene, no lo hagas más". Obviamente salí corriendo a toda velocidad a mi casa con mi vieja. Nunca le había contado esto a nadie, ¿así que el viejo todavía vive ahi y atiende la misma peluquería?. Si lo vez decile que le manda saludos el señor que le quizó robas las revistas de Patoruzú en 1964."
"Mi primer beso fue cuando tenía seis años. A mi me gustaba un chico que era bastante buen amigo mío, amigos inocentes como todo niño. Yo hacía todo lo posilble para llamar su atención y despertar su amor. En el colegio nos sentábamos juntos, y en los recreos siempre estaba con él y su mejor amigo, eramos el trío dinámico. Un día estábamos por irnos y mientras todos guardaban sus cosas él estaba hablando con la maestra. Disimuladamente le guardé sus cosas en su mochila perfectamente ordenadas. Pero no me había dado cuenta que él me estaba mirando, se agachó al lado de donde estaba yo con sus cosas y me miró con toda la ternura del universo. No supe que decir, pero me acuerdo que sonreí y me puse colorada. Entonces me agradeció y me dio un beso en la boca. Yo no lo podía creer, y no se lo conté a nadie. Pasaron más de 10 años hasta que un día le conté a mi mamá la historia de mi primer beso."
"Era por los 70, en la época del proceso. Yo tenía 15 años y mi primer novio, el primero que llevaba a mi casa, mi primera vez. Mi hermana ya había tenido muchos novios que siempre se habían llevado bien con mi familia, asi que supuse que con el mío pasaría lo mismo. Pero no, mi papá estaba siempre buscándome, me llamaba donde podía, celulares no había por esa época. Un día él me acompañó hasta mi casa, serían la 1.30 de la mañana. Nos despedimos y antes que yo me fuera me plantó un beso grande y profundo... y desde el balcón nos cae un baldazo de agua helada que mi papá nos había tirado. Me quería morir. Por supuesto que sólo después de mucho tiempo empezó a parecernos gracioso."
Ya van a venir más anécdotas, sigan contándome. Saludos.