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25 de agosto de 2013

Releyendo esto me asusta la cantidad de entradas que le dediqué a personas diferentes. Anulen todo, menos lo literario. Gracias.

Pensaba tatuarme esto. Voronda en Quenya, el idioma de los altos elfos, en su sentido estricto es la traducción de faithful en inglés. Faithful significa fiel, pero hay dos palabras para faithful en Quenya. Una en el sentido de verdadero y otra en el sentido de firme. Voronda es entonces "fiel a lo verdadero". Perfecto para una periodista.

Pero está escrito en un idioma ficticio, e aquí la paradoja que encierra en sí mismo. Realidad y ficción, periodismo y literatura entrelazados. Así era la tinta en mis venas. Así era mi sueño de amor.



14 de marzo de 2013

Los segundos fríos.

Voy arriba del 36, el colectivo con el mejor recorrido, pero el peor servicio del universo. Esta mañana hace bastante frío me asalta el recuerdo -que no tenía nada que ver con nada- de un animalito que tiene la mala costumbre de llenarse las patas de barro y tirarse encima siempre apuntándole a lo más claro, por eso dejé de ponerme el tapado gris perla los fines de semana. Bueno, hoy tampoco me lo puse. Entonces lo noto, son los segundos fríos. Eso quiere decir que empieza el segundo año.
Oh por Dios, ¿cómo pasó tan rápido? ¿Dónde estaba un año atrás? Acá, pero en el 298, escuchando una frase que me acuerdo temblando: voy a hacerlo no porque me lo pidas, sino porque quiero demostrarte con hechos más que con palabras. Esa frase me descolocó. ¿Y antes? Unos meses antes me había exiliado, me fui a esconderme a los campos de La Pampa, con miedo hasta en los huesos, y desconfianza. Gruñéndole como la perra que me manchaba el tapado a cualquier ser humano que se me acercara.
Retrospectiva. Cuánto crecí, cuánto me animé. En algún momento me desesperaba por algo más, pero ¿qué iba a pedir si ni siquiera yo era capaz de más y hubiera salido corriendo? A duras penas era capaz de dormir sin un ojo abierto pensando que me iba a matar mientras durmiera. ¿Confianza eh? Recién ahora, y no era plena, digamos un 90%.
Más, esa palabrita tan cortita y que encerraba tanto. Más. ¿Qué significa? ¿Que ahora tengo menos? No. Tengo casi-todo lo que quiero. Casi, porque siempre podemos mejorar, avanzar y crecer. Casi-todo me había parecido muy poco, pero ahora en retrospectiva que me doy cuenta cuánto crecí, este casi-todo me parecía un inmenso regalo.
Sonrío como una boba pensando que tomé tanta veces este colectivo que tengo más recuerdos arriba de él que en mi propia casa. Miro por la ventana. Uf, recién por acá. Me espera un camino largo. Un camino largo pero feliz, el camino es el más. Sonrío, sigamos.

19 de febrero de 2013

Ella siempre dando la tecla

Saco el boleto sólo tres minutos antes de que llegue el tren y sé que debo apresurarme hasta el andén. Pensaba en Ágata, mi compañera de trabajo en la fábrica por los últimos cuatro años. Suspiré, ella siempre dando la tecla. A veces le agarraban ataques de desprestigiarme, atacarme y decirme que todo era culpa mía; y otra veces, como hoy, se rendía a una piadosa adoración hacia mí y se deshacía en ofrecimientos y ayudas. De todas formas, siempre intentaba llamar la atención, y eso a esta altura del partido me pone de los nervios.
El tren llega vacío a la estación y mi cansancio salta de satisfacción. Me acomodo en un asiento, mirando los antiguos y modernos paisajes del centro de Munich hasta salir, hasta las afueras donde vivo. Saco el espejo, me acomodo el largo cabello, mis pestañas finamente tenidas de negro, y con un pañuelo me retoco las ojeras. Adler me espera para ir al cine y quiero verme presentable para él. Ya hacía casi un año que estábamos juntos y el recuerdo del tiempo transcurrido me arranca una sonrisa boba.
Vuelvo a Ágata. Yo sé que está enamorada de mí, pero nunca lo hablé con ella. No me interesa, es mi amiga sí, pero mi amiga del trabajo y no sé si pudieramos ser amigas fuera de él. Y por eso actuaba de esa forma tan ciclotímica. Me amaba y a la vez me odiaba, y se odiaba por amarme porque había crecido rodeada de conservadurismo y estaba prohibido albergar sentimientos hacia otra mujer. Una vez, perdida de borracha, había admitido que tenía un grave problema de intolerancia. Y no sólo hacia las identidades sexuales diferentes, sino hacia todo lo diferente. Ese día dije para mis adentros que ya nos habíamos dado cuenta, que Ágata era la persona más prejuiciosa de toda Europa.
Vuelvo a pensar en el buenazo de Adler, que me esperaba en el lugar que Ágata siempre quiso ocupar, para llevarme de la mano por las calles como ella nunca se atrevería a hacer. Lo recuerdo el domingo por la mañana, se había despertado antes que yo y me despertó con las yemas de sus dedos siguiendo las curvas de mi espalda, mientras me llamaba preciosa Eva, mi Eva, y soy yo.
Vuelvo a sonreír como una tonta, recodando ese momento felíz, cuando me asalta el pensamiento de que Ágata quisiera ser la protagonista. Pero no podía permitirse siquiera imaginarlo, por sus prejuicios conservadores. Estamos ya en el siglo XXIII maldita sea, creo que eso ya lo superamos hace 200 años como mínimo. Pero ella no, su familia entera se quedó por allá en 1920 o incluso antes.
Vuelvo a sonreír, esta vez con picardía. Eva, mi Eva, si Ágata supera como jugamos seguro le da un infarto, escapa de todo lo que ella cataloga como "bueno" y como "correcto" o hasta como "normal". Pero ya no existen los normales, ni lo correcto ni lo incorrecto, sino que cada persona es un mundo y puede hacer, mientras no joda a nadie, más o menos lo que se le antoje. Siento pena de que Ágata no pueda ser libre por sus prejuicios. Si ella fuera diferente, quizá hasta la invitaría a jugar con nosotros.
Los árboles pasaban con velocidad por el cristal de la ventana del tren y pienso en la primera vez que Ágata conoció a Adler. Al enterarse de dónde había nacido, al enterarse que él ya había estado casado antes,  dobló la nariz en una mueca de desaprobación. Sólo comenzó a caerle bien cuando se enteró que su hermano y su padre eran importantes funcionarios. Eso es un prejuicio, siempre lo ví así, pero ahora estoy pensando que es una apatía mortal porque él podía tenerme y amarme como ella no podría.
Me encogí de hombros, ya estaba cansada de lidiar todos los días con la ciclotimia de Ágata. No es mi batalla. No es mi batalla. Lo repito para mis adentros como un mantra mientras el tren se detiene en la estación y dejo olvidado en el asiento el recuerdo de mi enamorada.

30 de noviembre de 2012

¿Cómo llega uno a ser lo que es?

¿Recuerdan esto?

"Te mataré miedo- Y con un último golpe de espada arremetió contra quien siempre había sido su enemigo"

¿De qué año es? Andábamos diciendo que la aparición del miedo era cíclica, el Túnel del Silencio, el Bosque de la Inseguridad y la Duda, el Castillo. Debe ser de hace mil años, mínimo. Bueno no, tengo un par menos, pero se entiende.

Estaba viendo algo, sobre el Eterno Retorno. La joda es que como el tiempo es infinito pero el espacio y la materia son finitas, y los átomos no se crean ni se destruyen sino que se combinan en formas diferentes; entonces en algún punto el universo va a realizar todas las combinaciones posibles. Pero como el tiempo sigue, entonces van a volver a repetirse combinaciones de materia. Si uno combina durante unos días cada tanto sale un objeto. Y si lo sigue durante unos años, puede salir, un país. Y si sigue por toda la eternidad, todas las cosas del universo. O sea, Eterno Retorno. Interesante que a este pensador de la sospecha se le haya ocurrido esto mucho antes del desarrollo de la física cuántica. A todo esto vimos que la "verdad objetiva" no es una cosa taaaaaan sólida. O sea, que el librito de la vida no funciona salvo que repitamos combinaciones por toda la eternidad, pero yo sólo planeo vivir 100 años.

A todo esto, vamos al meollo de la cuestión: ¿cómo llega uno a ser lo que es?

Por sus errores.

Y quiero dejar esto absolutamente claro, es mi humilde opinión, no olviden que soy muy empirista.

Porque las cosas que salen bien, las repetís porque te salieron bien, ¿lógico no? Ya lo sabés hacer, y ahora lo hacés igual y sigue saliendo bien, joya entonces; pero no aprendiste absolutamente nada.

Pero si algo te sale mal, entonces tenés que ingeniarte una nueva forma de hacer ese algo. Y ahí aprendés.
¿Y cuándo uno tiene un fracaso tan pero tan grande que repercute el resto de su vida? ¿Y si uno de golpe se unió al club de los pobres giles cuyos proyectos para el resto de la vida de golpe se cayeron miserablemente? ¿Qué ustedes nunca le dijeron a nadie que querían estar ahí el resto de la vida -hoy sólo se lo digo a mi hermana- y hoy no pueden verse las caras sin que medie una intervención judicial? Ah, yo sí.

Y entonces, aprendés mucho.

Porque cuanto más grande el fracaso, más grande luego el aprendizaje.

¿Y qué demonios aprendemos? ¿A ser felices? ¿A relacionarnos? ¿A tolerar el fracaso? ¿A patear conejos? ¿A hacer una partuza y mandar todo a la mierda?

No, ni un carajo. Aparece el miedo. Y te da miedo relacionarte, querer, necesitar, y por sobre todo, admitirlo. Porque seguro sos un (una) duro (dura) y no necesitás de nadie, y la verdad es que no sos más que flor de maraca que cree que puede cuidarse solo (sola) y es una maldita mentira y tú lo sabes. Porque secretamente, lo que más querés es volver a sentir algo que sea bueno y no dañino, un calorcito al menos. Sabés que sos mejor que esto, pero no podés porque la armadura incorpórea de la que hablábamos en el Bosque de la Inseguridad y la Duda te la pusiste de vuelta.

Y de golpe pensás, es todo inútil. Por el Eterno Retorno. Porque sabés que un día vas a volver a confiar, y otro día vas a volver a fracasar y así... y lo sabés porque sos hijo, nieto, y bisnieto de generaciones que fracasaron en lo mismo que vos. Porque en tu puta vida nunca viste una persona adulta que le haya ido bien.

¿Entonces qué hacemos? Nada, ¿qué vamos a hacer? ¿qué vamos a ser? Pero recordemos que si nos paralizamos y no cometemos más errores, entonces no vamos a aprender nada. Y pensás que a lo mejor vos podés estar en esa mínima fracción de materia combinada en suerte, éxito, amor; o lo que sea. Y vas a seguir golpéandote, porque el ser humano es un bicho de esperanza. Y es natural que lo sea, sino tiene por qué tener esperanza, si no tiene errores de los que aprender, entonces se muere.

Y de golpe pasa lo que esperabas que pase.

De golpe agarraste la espada y venciste al miedo. ¿Pero es el "había una vez" o el "felices para siempre"? No, para siempre es un corto tiempo, al menos en cada combinación de materia, que se repetirán cada mil billones de años o algo así. Entonces es exactamente lo mismo, por el Eterno Retorno. Pero diremos que es el capítulo 1.

Y en fin, tenías millones de razones válidas para tener miedo, pero las dejás atrás. Al menos por esta vez. Y podemos estar en un nuevo estado mental/emocional. Y sólo sin miedo podemos aprender. ¿Volveremos a fracasar? Seguramente en algún momento, la semana que viene o en 75 años, no sé. Pero mejor vamos a decir que volveremos a aprender.

Y sin miedo, sos libre. Libre para meterte en la cueva y salir a piacere sin que nadie se joda. Libre para quemar en la hoguera el librito de la vida. Libre para joderle los esquemas a gente estructurada y etiquetadora.

Y si somos libres, aprendemos y perdemos el miedo, ¿entonces qué vamos a hacer? Lo que se nos cante. ¿Y que vamos a ser? Felices.

PH: Asif Hassan, AFP.

29 de junio de 2012

a-dis-fru-tar

¿Qué es esto? No lo sé. Algo nuevo. ¿Recuerdan que me preguntaba por qué? Bueno ahora ya se. No era una respuesta bonita. Pero mejor dejemos de hablar de esta cosa que pasó hace mucho y ya no le interesa a nadie. ¿Dónde estaba? ah si, en qué es esto. Fue una idea de viernes. Iba de vuelta por alguna avenida, se me había dado por ir a sacarle una foto al obelisco para subirlo al Instagram pero era muy mainstream ja. Pero lo importante es que por primera vez iba con la mochila vacía, y aunque pisara baldosas flojas y me manchara los pantalones con barro, estaba felíz. Buena semana, buen cuatrimestre. Vacaciones mentales. Felíz porque por ahora cumplí el gran objetivo de mi vida, ¿cuál? ¿encontrar el amor? ¿ser rica y famosa? ¿conocer a Alex Pettyfer? (ojo, es el) Pero no. Es "que no me rompan bien las pelotas". ¡Imaginate! Ahora puedo tener las uñas tan largas como yo quiera, pintármelas del color que yo quiera, ponerme la ropa que quiera, salir cuándo y con quién quiera, gastar todo el dinero que yo quiera mientras salga de mi billetera, tomar todo el alcohol que se me cante, pedir lo más caro de la carta si se me antoja, coger con cariño, y poner la música al volumen que a mí se me cante. ¿No es perfecto? ¿No debería haber sido así siempre? A lo mejor no estaba acostumbrada a disfrutar. Es raro, y me da miedo. Hell yeah. Ahora puedo ser felíz bailando y cantando tan mal como siempre como si nadie me viera. Ahora soy más auténtica, más yo. Ahora sí, I'm back bitches!

11 de mayo de 2011

Fantasmagórico

A partir de hoy soy ghostwriter.
Te puedo morder el cachete?
Ayy hace cosquillitas!
Sí, esto pasó recién jajaaja

Soundtrack


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