26 de diciembre de 2009

2009

Quería hacer un balance de este pequeño añito que termina, pero la verdad no sabía muy bien por donde empezar. Sabía que tenía demasiado para "balancear" pero también sabía que iba a ser un post corto. No se por qué tuve esa sensación. Si miro hacia atrás no puedo creer que mi vida haya cambiado tanto en un año nomás: es como meter sentimientos, sensaciones, aventuras y desventuras en un lavarropas y ver como da vueltas (jaja). En fin, el balance es bueno al fin y al cabo aprendí muchas cosas, en todo sentido de la expresión. Pero más que nada fue un año intenso, lleno de sentimientos y recuerdos a veces buenos y a veces malos pero siempre desmesuradamente intensos. Descubrí que asi soy yo: todo lo que hago, lo hago con mucha entrega. Si lo que hago es una cosa medio pelotuda (no encuentro otra palabra), entonces me convierto en caprichosa. Creo que fui adquiriendo una cierta fortaleza entre tantas corridas, subidas, bajadas, piñas, discusiones, colectivos, baldosas flojas, soles y lluvias. Es un buen momento para colgar la espada y dejarla en casa (¡es tan linda, pero bastante dañina!) y confiar un poco más en mi suerte, "las cosas pasan por algo" dicen los disconformes para sentirse un poco mejor. Existirá quizá el destino, el secreto, el plan divino, etc; no se. Ahora me voy a seguir viendo una película con el mejor sex toy, playmate, Ashton y muchas escenas subidas de tono.

Adieu!


25 de diciembre de 2009

Navidad


Que buena espada, que buena armadura, que bien me salieron (modestia aparte jaja). Pero ya no las necesito, asi que felíz navidad; lo que importa es el New Age. Adieu!

22 de diciembre de 2009

Parte IX - última.

De repente el bosque desapareció:el césped, el arrollo, la luna y las estrellas; los árboles, los sonidos de bestias acechantes y el dragón. Ambos quedaron envueltos en la más profunda oscuridad, sin embargo, ya no temían. Les hubiera gustado decir que de un momento a otro sus heridas se esfumaron, sus dudas se disiparon, compraron un castillo y un perro, y fueron felices para siempre. Pero por supuesto eso no sucedió. Ni siquiera en la tierra de la magia las cosas se solucionaban tan fáciles.
Lo que si sucedió fue que la oscuridad duró poco. A su alrededor apareció el castillo en el que años antes y por caminos distintos habían conocido a los Caballeros. Sophie reconoció enseguida esa habitación de la cual había partido hacia el Túnel del Silencio. Había extrañado su cama mullida y cálida, dormir cómoda era para ella un lujo demasiado grande.
De inmediato saltó hacia su lecho y cayó cuavemente entre las sábanas. Gaëtan la siguió, y esta vez no huyó arisca sino que contempló sus ojos y le sonrió. Quizá él también veía lo mismo cuando observaba sus ojos.Con cada roce y cada mirada cómplice, con cada primer y milésimo beso, un poco más eran uno. Porque en ese momento único y perfecto eran Cariño, Pasión, Seguridad, y más aún: eran Amor.
Ya comenté que esta historia no termina tan fácil y perfecta, recuerden lo que había dicho Cariño y no se equivocaba: Amor es un rey rebelde, no es fácil de controlar cuando se lo tiene. Lo que si es difícil es que una vez encontrado desaparezca por completo, sucede simplemente que no siempre es visible. Rebeldías aparte entonces, podemos decir en cambio que vivieron para siempre llenos de amor.


21 de diciembre de 2009

Parte VIII

Habían confiado en ellos por un rato, pero en el Bosque la Inseguridad y la Duda siempre estaban. Y aún no eran lo suficientemente fuertes como para vencerlos. Sólo con Voluntad podrían, pero no lograban encontrar nada más que miedos y dudas. Tampoco se habían curado. Desconfiaban, se temían, luchaban, se lastimaban; el Miedo, la Inseguridad y la Duda avanzaban cada vez más sobre ellos. A veces se perdían y después casualmente (o no) sus caminos volvían a juntarse y a separarse. Cada vez que esto pasaba aparecía el temible dragón, hiriéndolos por dentro y por fuera.

N. del N: no es el final, sino la parte triste antes de que todo se solucione. Lo que pasa es que esta parte se torna bastante repetitiva y molesta, por lo que vamos a hacer una elipsis y avanzar unos meses más.

Ni Sophie ni Gaëtan habían encontrado la salida del bosque. Hacía un par de semanas que no se cruzaban. Finalmente ella cayó rendida en la orilla de un arrollo, estaba demasiado débil como para seguir huyendo. ¿De qué huia realmente? ¿De Miedo acaso? Pero cuanto más huia más lo encontraba. Se sentía prisionera de él, no podía escapar, no podía luchar.Allí ya no había nieve, y de repente vió asomarse a la luna entre las nubes. Eso la animó un poco, y la contempló largo rato.
- Sophie – le dijo su compañero de camino, que una vez más la había encontrado.- No huyas de mi.
- No puedo más. Vete.
Gaëtan se acercó un poco más. – Ya lo entendí. El miedo y la duda son ilusiones. Sólo existen aquí dentro – señaló su pecho- Si crees que existe el dragón le das el poder de quemarte. Creeme, por favor.
- ¿No estás asustado acaso?
- Ya no.
- Yo sí.- dijo ella con impaciencia.
- Yo te cuido. Te necesito.- Intentó acariciar su cabello pero ella se movió un poco. Si hubiera tenido energía para correr estaría ya muy lejos, pero no tuvo opción más que aceptar su compañía; entonces decidió ignorarlo. Sin embargo él siguió hablándole.
- Ahora entiendo, yo encontré Voluntad y por eso ya no tengo miedo, no quiero seguir luchando contra enemigos invisibles. Pierdo el tiempo. Miedo esta ahí en esa armadura incorpórea que creíste que iba a protegerte, pero que en realidad te está lastimando cada vez más. Quitártela es para vos un riesgo muy grande, te entiendo, es lanzarse al abismo de lo desconocido.
- Veo que vos tuviste la misma charla con el Caballero.
- No, llegamos aquí por caminos diferentes. Pero no podemos salir solos del Bosque, sino juntos. Muchísimas veces no pude protegerte, porque yo también era prisionero de Miedo. Pero ahora sí puedo, porque logré liberarme.
- No podemos vencerlo sin Amor.- retrucó ella, empecinada en ganar la discusión.
- Amor no se aparece ante uno solo. Quitate esa armadura y acompañame a buscarlo.
Entonces ella lo miró a los ojos por primera vez en mucho tiempo. Había olvidado lo hermosos que eran, ya no había tristeza en ellos; sino algo distinto. Era una mirada como la de Cariño, Pasión, y todos los demás Caballeros, pero todos a la vez. Se dio cuenta que era en realidad mucho más sabio de lo que ella pensaba, mucho más sabio que cualquier otro que conociera. De repente tuvo la sensación de que esta vez sabía lo que estaba haciendo y podría protegerla. Las nubes desaparecieron rápidamente y contemplaron juntos las estrellas. Gaëtan intentó acercarse a Sophie una vez más, esta vez ella dejó que la envolviera entre sus brazos; y de repente sus heridas más profundas dejaron de doler.

Parte VII

19 de diciembre de 2009

Parte VII

Sophie despertó antes del amanecer. Como la tormenta había parado se fue rápidamente dejando a Gaëtan atrás. Cada vez más desconfiaba de él, y comenzó a temerle, fue por eso que huyó. Ella no lo sabía, pero a él le pasaba lo mismo. Por unos días caminó en círculos, nunca se había sentido tan perdida. Entonces vió a la bestia que hasta entonces sólo había escuchado. Un dragón más grande y más terrible que cualquiera que hubiera visto en sus andanzas. No tuvo tiempo de reaccionar. La derribó con un solo golpe y no supo nada más.
Despertó en un claro, con Gaëtan a su lado. Se dio cuenta que ambos estaban gravemente heridos. Él la miraba con esos ojos extraños y hermosos, llenos de la misma luz que habia visto en el túnel. Casi no podían moverse del dolor, pero ahora estaban a salvo. Por primera vez en el bosque se filtró un rayo de sol, casi imposible de distinguir. Sophie hizo un esfuerzo para hablarle.
- Gracias por salvarme
- Lo intenté, pero no pude protegerte; ni mucho menos protegerme.
- Aún tengo miedo – Confesó.
- Yo también – la siguió Gaëtan- pero no se que hacer. Me duele todo.
Mujer vió tristeza en sus ojos. Le hubiera gustado poder aliviar su dolor, pero no podía hacer nada. Se sintió frustrada, impotente y perdida. Instintivamente se acomodó en su pecho, y lloró.
- Es increíble como pueden lastimarnos la Inseguridad y la Duda. Nunca había tenído enemigos tan fuertes. Tal vez no sean indestructibles y entre ambos podamos vencerlos ¿no crees?.
Sophie no contestó, no sabía que decirle. Cerró los ojos, y de repente escuchó como Cariño le hablaba: - Tengo que explicarte algo. Esta vez no se puede pelear en un campo de batalla, sino dentro de cada uno. El dragón sólo existe dentro suyo, es la materialización de sus temores y sus dudas. Sólo con Voluntad pueden mantenerlo a raya. Y sólo Amor puede vencerlo. Adios.
- ¿Escuchaste? –preguntó Gaëtan.
- Pensé que sólo yo lo escuchaba. No entendí nada. Para encontrar a Amor tengo que vencer a la Inseguridad y la Duda, pero para vencerlos necesito a Amor, ¿entonces cómo hay que hacer?.
- Bueno calmate, ya veremos; primero hay que curarnos.- En silencio, él también lloraba. Y el pequeño rayo de sol desapareció.

Parte VI

17 de diciembre de 2009

Parte VI

Por algunos días Mujer vagó en ese bosque helado buscando en vano la salida. Luego los días se convirtieron en meses, en los cuales sólo había encontrado algunas raíces e insectos para comer. Extrañaba los manjares del castillo, su cama mullida, el té, el sol; en esos meses nunca salía el sol sino que veía el cielo siempre cubierto y ocasionalmente llovía y nevaba. Pasaba las noches a la intemperie, escuchando los gruñidos de bestias que la acechaban pero nunca veía. De todas formas no hubiera sido productivo enfrentárseles: no tenía armas ni abrigo ni provisiones, eso la debilitaba cada día más.
Una noche se desató una tormenta particularmente fuerte, los árboles se estremecían y Mujer entendió que debía buscar refugio si no quería morir aplastada entre las ramas que caían al vacío. Encontró un tronco hueco, lo suficientemete amplio como para acomodarse allí y protegerse del clima. Quería estar alerta, pero el cansancio pudo más y se quedó dormida.
- Disculpá pero este es mi tronco, buscate el tuyo. – Mujer escuchó esa voz tan descortés y se despertó. Entonces lo vió. Un hombre sí, pero el más hermoso y maleducado que hubiera visto. Estaba sucio, cansado, harapiento; pero sus ojos eran diferentes a los de todo el resto y brillaban en la noche sin luna.

N del N: cuando tuve que conocerlos para escribir su historia yo también me sorprendí con sus ojos, Mujer no exageraba. Por eso me pareció oportuno ilustrarlos al lector, lo mejor que me salió. Quedó con un aire a Astroboy pero bastante expresivo. El scanner no ayuda sepan entender. Por cierto, el final ya casi está listo; no impacienten. Saludos.



- Perdón, pero no hubiera sobrevivido a la intemperie con esa tormenta. Cuando se calme un poco me voy y no te molesto más. – Dijo Mujer bruscamente,
- Entonces vas a quedarte un rato. Genial, hace años que estoy perdido en este bosque sin ver a otra persona. Es lindo tener un poco de compañía de vez en cuando. En fin, me llamo Gaëtan.
Mujer recordó que alguna vez había tenído un nombre, pero ya no sabía cuál era. Hizo un esfuerzo pero no podía acordarse. Eligió entonces un nombre cualquiera para presentarse:- Sophie
- Antes de llegar aquí yo era un guerrero –empezó Gaëtan sin que nadie le preguntara- la mano derecha de un rey, manejaba todos sus ejércitos y fue gracias a mi que llegamos a formar un imperio. Muchas oportunistas quisieron conquistarme, pero yo no era felíz. Es por eso que emprendí este viaje buscando a Amor. Conocí a sus caballeros, pase por el castillo, por el túnel… y ahora estoy atrapado en este bosque.
- ¿Qué es este lugar?
- Bueno Sophie la verdad no estoy muy seguro. En nuestro imperio se contaba una leyenda sobre el Bosque del Silencio, creo que debe ser este. Pero yo creo que deberían llamarlo el Bosque de la Inseguridad y la Duda. Desde que llegaste aquí ¿alguna vez te sentiste segura?
- La verdad no.
Después de eso casi no hablaron. Gaëtan compartió con ella las pocas provisiones que le quedaban. Sólo les quedaba descansar hasta que pase la tormenta. Pero ella no podía dormir, la llenaban las dudas. Tal vez sería un secuaz de Miedo, no podía estar segura de que no la atacaría dormida, no podía confiar en él. Entonces se puso su armadura invisible y durmió con un ojo abierto.

Parte V

16 de diciembre de 2009

Parte V

Mujer creía que habían pasado casi dos años después de esa charla con Cariño. Se quedó en el castillo, y desde ese día no volvió a sentirse amenazada por Miedo. Era por supuesto, lo más lógico. Si no había riesgos, no tenía porque sentirlo; aunque tampoco había avances significativos. Durante ese tiempo había crecido en todos los aspectos en los que puede crecer una persona; había aprendido muchísimas cosas y se sentía tranquila y felíz.
Una noche súbitamente sintió frío por primera vez desde que había comenzado su estancia. Le extrañó, ella sabía que en el castillo nunca era invierno. Abrió los ojos y desperezándose observó su alrededor. Su habitación había desaparecido y en su lugar había un túnel con paredes de piedra, oscuro y extenso. No podía ver el final, parecía interminable. Habían desaparecido las puertas y ventanas de la habitación. No había lugar dónde ir, salvo avanzar por el túnel.
En un primer momento no quiso moverse, pensó que sería un pequeño error de la hechicería del castillo y que pronto vendrían a buscarla. Había pasado tanto tiempo cómoda y tranquila que había olvidado cómo eran las sorpresas del camino, cómo era la vida nómade.
Pero visto que no podía hacer otra cosa, comenzó a andar por el túnel. Sin zapatos, sin provisiones, recién despierta. Siempre adelante, sin había bifurcaciones ni ángulos. El paisaje siempre era igual, y cada vez más frío y oscuro. Ni por asomo alcanzaba a ver el final.
Luego de unas horas inmersa en la oscuridad impenetrable alcanzó a ver un sector iluminado. Instintivamente se acercó. Pero no era una abertura, sino un cartel: “Túnel del silencio”, rezaba en letras doradas que parecían impartir luz que no salía de ningún lado. El cartel le pareció excesivamente redundante y siguió su camino.
Estaba demasiado vacío de luz y sonido; por lo que Mujer comenzó a pensar en voz alta. Comenzó a relatar recuerdos de sus viajes, sus aventuras heroícas olvidando convenientemente aquellas en las que había perdido. Más adelante encontró un nuevo cartel, como el anterior: “SILENCIO”.
- Ahora hasta los carteles me dan órdenes- gritó furiosa.
Las paredes se cerraron súbitamente al punto justo para que pudiera seguir caminando. Comprendió el mensaje del túnel. Comenzó a preguntarse las razones para estar allí. Tal vez había aprendido todo lo que el castillo tenía para ofrecerle. Tal vez los caballeros la habían abandonado, y estaba sola de nuevo. ¿Y cómo le ayudaría este túnel oscuro y helado a encontrar a Amor? ¿Si era tan hermoso, por qué había que pasar por un lugar tan horrendo para llegar a él? ¿Qué había pasado con el castillo? ¿Por qué para encontrar a Amor debía irse de su morada? En el silencio, su pensamiento y sus sentidos estaban más alertas.
Encontró un nuevo cartel, decía “El conocimiento es la luz que iluminará vuestro camino”. ¿Conocimiento de qué? Volvió a los recuerdos de sus aventuras, y se preguntó por qué no había contado en voz alta las oportunidades en las que había perdido. ¿Acaso quiso agradarle al túnel? Enseguida se dio cuenta que había hecho una idiotez, el túnel era inanimado. Pensó en todas las oportunidades en las que había hecho lo mismo. Guardaba los cuadros de los torneos de espada que había ganado, pero no los que había perdido; conservaba los dientes de los dragones que había matado, pero nada de aquellos que la habían herido, y asi con miles de cosas más. Incluso con las personas, conservaba las amistades que pensaban que ella era buena, generosa y fuerte; se distanciaba del resto.
- Tal vez me he pasado toda la vida queriendo agradar a la gente. –Las paredes se abrieron y dejaron pasar el aire. –Me he estado mintiendo al negar todas mis debilidades, si no las acepto, no podré corregirlas.
De repente el túnel se iluminó con un tipo de luz que no se parecía a ninguna conocida, y parecía no venir de ninguna parte, o de todas partes; y Mujer finalmente pudo vislumbrar el final. ¿Estaría Amor al final del túnel? Corrió lo más rápido que pudo, no aguantaba un segundo más allí dentro. Al salir del túnel se encontró en una pradera helada, parecía ser el centro de un bosque. Estaba nevando, y hacía aún más frío que dentro del túnel.

Parte IV

15 de diciembre de 2009

(Paréntesis)

Mañana sigo subiendo capítulos, pero justo me encontré con este pedacito de mi infancia que resultó tan inspirador para terminar el cuento. Igual faltan todavía capítulos por subir, dos o tres creo. Me encantaba el animé cuando era chica (y ahora también soy chica y también me gusta), más chica claro. Los maestros del animé como Torishama -suponiendo que se escribe asi- siempre supieron crear ambientes románticos. Yo soñaba con la historia del príncipe azul y las parejas más memorables del animé alimentaron mis fantasías inocentes de la niñez y no tan inocentes en la adolescencia pseudo adultez. Como Vegeta y Bulma, Serena y Darien (a los 7 años yo estaba enamorada de Darien), y para mi los que mejor ilustraban el paradigma ilusorio de mis 9 años (Sailor Moon había terminado y Darien se quedó con Serena buuaaa): Anaís y Paris.
Me sentía identificada con ella en todo aspecto -y ahora también- rubia, rulosa, con lentes, analítica, honesta, tímida, celosa, arisca en público, pero la más dulce puertas adentro; pensaba mucho, el miedo la asaltaba bastante seguido y analizaba demasiado. Conforme pasaban los capítulos y entra en confianza dejaba de tener miedo hasta que ella salva todo y les cierra la boca a todos los que no creían en ella, aunque previamente tuvo que aprender a creer ella en sí misma.
Paris es un espedachín solitario que empieza siendo un mentiroso compulsivo, pero después se sincera porque ella puede ver cuando le miente. Un tipo autosuficiente, independiente, irónico, directo; en definitiva, un duro. Pero cuando la va conociendo se ablanda con la dulzura de ella. Se hace el malo, pero en el fondo es un maraca (jaja); se hace el que no le importa nada, pero después se desvive por ella.
El más directo sino miren lo que dice:
Marina:- ¿Por qué sólo para ella hay regalo?
Paris:- Porque es la única que me interesa. (¡que buena respuesta!)
Se conocen en el Bosque del Silencio, podría ser el final del Túnel del Silencio (ups eso fue un adelanto); a modo de homenaje-no-plagio porque el túnel fue idea mía. Encontré este video en You Tube pero tuve que cambiarle la música porque era un suicidio a los tímpanos; en cambio le puse una balada ochentosa. Y ahora que lo veo, quedó de mucho mejor calidad, gracias Adobe. Enjoy!






Parte IV

-IV-

Mujer había pasado lo que consideraba aproximadamente un mes en el castillo, acompañada por Cariño y su hermano Pasión, por Seguridad y Contención. Era el tiempo que podía calcular, aunque en realidad sin darse cuenta hubiera perdido la noción: en el castillo, Tiempo transcurría más rápidamente. Era el tiempo que, sus pequeños años le permitían calcular. Años más tarde, se daría cuenta que el tiempo transcurrido no siempre coincide con los ciclos solares y lunares, o con las vueltas de las agujas del reloj.
Se encontraba en una de las situaciones que a su criterio, formaba parte de las más maravillosas de la vida, yacía sobre el césped, contemplando el cielo, disfrutando de una cálida tarde de primavera. En el castillo nunca era invierno. Tenía todo lo que necesitaba allí, pero su felicidad no era completa, aún no había visto a Amor; y nunca se había atrevido a preguntarle a ninguno de sus caballeros, aunque sabía en el fondo que ellos le responderían gustosos.
Cariño, que era su amigo y confidente, llegó a su encuentro, con dos tazas de té.
- Gracias –le dijo Mujer, y bebieron juntos y en silencio.
- Sabía que te gustaría –afirmó Cariño.
- Necesito preguntarte algo
- Lo que quieras, para eso estoy. –esa frase resultaba un poco repetitiva, pero Mujer siempre se alegraba de escucharla.
- ¿Por qué no puedo ver a Amor? –finalmente se había atrevido a preguntarlo, sintió que se sacaba un gran peso de encima.
- Porque todavía te quedan batallas que librar. No es fácil de alcanzar, aunque venciendo a Miedo, Rencor y Venganza has llegado muy lejos. Pero estás aferrada a lo conocido.
- ¿Qué es lo conocido? –inquirió Mujer
- Nosotros.
- Pensé que siempre acompañaban a Amor, y no podría existir uno sin los otros.
- Cierto, pero no siempre somos evidentemete visibles, podrías pensar que no estamos, aunque siempre estamos. Lo conocido es la afirmación de que siempre nos verás junto a Amor, y ¿qué pasaría si no nos ves cuando lo veas a él?
Mujer se detuvo a reflexionar, mientras bebía su taza de té. Una vez más, no tenía ni la más mínima idea de cómo responder a las preguntas que el castillo le planteaba.
- No lo sé –respondió.
- Quiere decir que no estás lista para verlo. Como dije, no es tan fácil alcanzarlo, pero tampoco es fácil controlarlo una vez que se lo tiene. Es un rey rebelde, no sabe de leyes, reglas, o sentido común. Para él todo lo vale. Y el hecho de que te aferres a tu idea de cómo es Amor te hace menos merecedora de verlo. Tiempo al tiempo.
- Entiendo
- Es muy fácil tratar con Amor cuando todo es maravilloso, el verdadero desafío será tratar con él cuando no todo sea tan hermoso. Para eso tienes que librar la batalla contra Duda y la Inseguridad. Una vez que lo hagas encontrarás la manera de lanzarte al abismo de lo desconocido.
- Quiere decir que, por ejemplo, la roca a la que me aferro para no caer, es lo conocido, y ¿debo soltarme? ¿y qué pasará cuando llegue al fondo del abismo? –preguntó Mujer, aterrada.

Parte III

10 de diciembre de 2009

Parte III

-III-

Mujer no lo sabía, pero no estaba sola. Luego de la batalla llegaron varios pares de manos, que la sostuvieron delicadamente y la llevaron. No lo sabía, pero eran Cariño, Contención, y Seguridad, algunos de los caballeros del rey Amor. Inconsciente, la llevaron a su castillo; naturalmente, por un camino desconocido.
Cuando despertó, se encontraba en un lecho simple pero cálido. Tardó un instante en darse cuenta que alguien había tratado sus heridas, y estaban comenzando a sanar. Ignoraba cuanto tiempo había transcurrido, pero supuso que no más de un par de días, a juzgar por el estado de sus heridas. Entonces lo vió. Cariño estaba junto a ella, aunque en alguna de sus aventuras lo había encontrado antes, nunca se había detenido a mirarlo. Sus miradas se encontraron, y pudo ver en sus ojos el infinito. Era hermoso realmente, pero no era Amor.
- Hola. –dijo Mujer, y se sintió tonta por haber estado frente a un ser tan superior, y haber dicho tamaña estupidez, aún cuando tenía miles de preguntas. Pero a Cariño no pareció molestarle.
- Hola. Creo que ya se lo que estás pensando. ¿Dónde estamos, verdad? Bien, estamos en el castillo de Amor.
- ¿Cómo llegamos aquí? ¿Y cómo me encontraron?
- A este lugar no se puede acceder buscándolo, puesto que nadie conoce su ubicación. Sólo se puede llegar aquí si alguien te acompaña. Escuchamos tu necesidad de nosotros, y fuimos en tu rescate.
- ¿Quiénes son “nosotros”?
- Somos los caballeros de Amor.
Mujer estaba desconcertada, demasiada información. Todavía era presa del dolor, aunque no tan intenso como anteriormente, y ya se consideraba en plena posesión de sus facultades. Entonces vislumbró cual era su razón de estar en el castillo
- Vine a buscar a Amor.
- Lo sé, pero ahora no puede ser. Necesitas tiempo, no es el momento.
Sintió perder la paciencia, pero intentó contenerse.
- La impaciencia no es buena –dijo Cariño, como leyendo sus pensamientos.
- Cierto. ¿Fuiste tú quien me curó? –se animó a preguntar.
- Así es.
- Gracias –dijo Mujer. Hizo silencio un momento, y luego murmuró- te necesito.
- Para eso estoy.
- No me lastimes, por favor. No se cuánto más pueda resistir.
- Tranquila, no puedo herir si no estoy acompañado de Amor. Estoy aquí para ayudarte, guiarte y quererte.
- Por ahora no necesito más nada. –afirmo Mujer con calma.
- Para eso estoy –repitió Cariño sonriendo.
Después de mucho tiempo, tuvo un momento de paz. Sabía que tenía asegurado, por lo menos, un día de felicidad. Cariño la abrazó, y sintió todo su cuerpo y su espíritu llenarse de una inmensa calidez, su roce calmaba el dolor de sus heridas. Sus caricias y sus besos, por el momento, la mantenían felíz y tranquila. Ya no había dolor. Y finalmente en su momento de paz, encontró descanso, y durmió.

PD: queridos chicos tengo problemitas con los códigos html. La playlist sólo me reproduce Enjoy the Silence, y además de esta sólo incluye Desarma y Sangra, por más que tenía como 20 temas más. Si alquien tiene alguna sepa que su ayuda será recompensada. Abrazo.

Parte II

9 de diciembre de 2009

Parte II

-II-

La batalla había comenzado, Miedo, acompañado de Rencor y Venganza arremetía contra Mujer, ayudada por Valentía y Esperanza. Sus fuerzas eran equivalentes pero sabían que sólo uno podría ganar la batalla.
- ¡Ríndete! –gritó Miedo- soy inmortal, ¿no lo sabes acaso?
- Puras mentiras –remató Mujer.
Sentía como las armas enemigas la herían, sentía el dolor que penetraba su cuerpo, lo sentía como agujas clavándosele. Pero no iba a rendirse, no ahora, estaba an cerca de la victoria que casi podía acariciarla, se deleitaba con ella.
Pensaba en Amor, que a la conclusión de esa batalla estaría esperándola, para recibirla con los brazos abiertos. Juntó la fuerza de lo que aún conservaba de su corazón, y se dispuso a atestar el golpe maestro, que daría conclusión a la batalla. Levantó su espada con toda la fuerza de su espíritu, y atravesó a Miedo, que cayó con un grito de profundo dolor.
Un instante después se encontraba sola, ¿dónde estaban todos? ¿la habían abandonado quizá?. Mientras pensaba en esto no pudo evitar caer. Yacía en el suelo, espada en mano aún, comenzaba a ver todo oscurecerse, de una negrura impenetrable.
Pero su mente todavía reflexionaba, entonces la asaltó una duda terrorífica: ¿dónde estaba Amor? ¿no se suponía que cuando hubiera matado a Miedo, Amor estaría allí para ella? Porque, por supuesto que se habia desecho de Miedo, ¿no era así?
Sus pensamientos se detuvieron, y el dolor la llenó; miles de chispas quemaban todo su cuerpo, ya no podía soportarlo. Sintiéndose sola, abandonada, y a merced de todos los vientos, sintió desvanecerse. Y ya no pensaba, ya no sentía, sólo increiblemente existía.

Parte I

7 de diciembre de 2009

Parte I

Post Scriptum (permítanme llamarlo asi, si ya se que va al final. Se trata de una suerte de prólogo, palabrita con la que no simpatizo mucho para este caso, puesto que no se trata de un libro sino de un cuento con varias partes).

Este cuento ya tiene casi un año y medio sin ver la luz. Creo que se trata de una de mis obras más puras, ya que un día cualquiera, un día como hoy; me levanté y empecé a escribir. La microfibra (¡Que moderno!) se desplizaba suavemente por el papel de la moleskine sin saber muy bien que estaba escribiendo. No tuvo demasiadas correcciones, sino que fue un tirón: apareció un día, él me eligió a mí para que yo lo plasme. Algunos lo llaman la musa, el daimon, los fantasmas; ese algo que aparece excepcionalmente y nos impulsa a escribir cuando estamos relajados. Y es el mismo algo que te caga la vida cuando debés escribir y ves la hoja en blanco cual heladera vacía cuando hay hambre (jaja). Algunas personas pueden pensar que el escrito es autobiográfico o al menos semi-autobiográfico. Otras pueden sentirse identificadas con los personajes. No se trata de un intento autobiográfico sino de trazar generalidades ¿quién no se vió alguna vez en dilemas asi?. Varias veces pasaron estas situaciones a lo largo de la vida; antigüas y amargas, contemporáneas y esperanzadas. Ya pasó un año y medio y todavía no escribí el final. Quizá se trate de situaciones que no tienen un desenlace esperable. Quizá por alguna razón vuelvo a leerlo cada tanto, y hoy decidí publicarlo. Quizá nunca pude experimentar u observar un desenlace a tales situaciones. Quizá la próxima vez que encuentre al daimon pueda ensayar distintos finales, siempre abiertos, como una historia sin final.


M. G.
-I-

Él la encontraba una vez más, sumida en sus cavilaciones.
- ¿Por qué no te quedas conmigo, Mujer? Él puede hacer cosas terribles, ya has tenido oportunidad de comprobarlo. Ya has visto como puede arrancar tu corazón de tu cuerpo, secar la sangre de tus venas, deshollarte viva; y sin embargo sigues deseándolo.

- Es terrible, de verdad –dijo Mujer- creo que mi corazón no podría resistirlo nuevamente. La angustia le impedía respirar, el dolor le impedía existir. Incluso ahora, que ha pasado tanto tiempo, puedo sentirlo por las noches como agujas, frías como el hielo.

- Quédate conmigo –le propuso Miedo- y nunca más volveras a sufrir.

- Amor es tan hermoso, tan irresistible. Pero es también tan peligroso.

Miedo sabía que había llegado al centro del asunto, que si jugaba bien sus cartas en este momento, podría quedarse con Mujer.

- ¿Vale la pena entonces, toda una vida de penas, a cambio de un minuto en el paraíso?

El ambiente se sumió en un silencio, Mujer tardó un momento en contestar, pero cuando finalmente lo hizo, no tenía un pensamiento instituido.

- No lo sé.

- ¿Qué quieres entonces? –Preguntó Miedo

- Quiero sanar, de verdad lo necesito. Quiero verme en los ojos de Amor. Él todo lo sana.

- Pero Amor todo lo destruye, y mucho más de lo que sana.

Hubo nuevamente un silencio. Mujer sabía que Miedo tenía razón, sentía que poco a poco le ganaba, y que debía hacer algo.

- Es cierto. –dijo finalmente.

- Entonces, no lo desees. Quédate conmigo.

Entonces Mujer finalmente lo comprendió. Tal vez sólo necesitaba Presión para que Razón comience a tomar partido. No podía seguir así. No podía seguir tironeada, entre Miedo y Amor. Debía decidir, ¿quién ganaría a Mujer? ¿quién caería?.

Entonces escucho una voz, que no escuchaba hacía tantísimo tiempo. Era Valentía, que aunque callado, siempre había estado con ella. Era el momento de actuar. Mujer cerro sus ojos y pensó en Amor; en Valentía que le suministró su espada. Abrió sus ojos nuevamente, ahora lo veía muy claro, claro como un lago cristalino en una tarde soleada de verano. Respiro profundamente, pensó que quizá sería la última vez. Asió su espada con fuerza, y al grito de “¡Te mataré Miedo!” arremetió en contra de quien siempre había sido su enemigo
.


Ver Parte II

2 de diciembre de 2009

Sobre el eterno retorno


Hemos visto que el más chiquito de los Jonas Brothers se ha convertido en solista y que AC/DC planea grabar un DVD en la cancha de River. Frente a esto hemos hecho una reunión que convoca a miembros espacio temporales del club de fans de ambas bandas en Sarmiento y Riobamba arriba del supermercado chino de Shen Long. Se han registrado las siguientes conversaciones:

Fan 1 de AC/DC: che boludo, esta manga de pendejas tienen una cara de asquerositas que creo que debemos hacerlas debutar a todas
Fan 2 de AC/DC: pará flor de puto, está mi hermana y las amiguitas
Fan 1 de Jonas: che boluda, me hago fan en facebook de la banda de Nick (L)
Fan 2 de Jonas: ay no se divi, creo que sería traicionar a Joe. Y el amigo de tu hermano me mira con cara rara. Mejor preguntémosle a Carlii
Marx: no se, creo que se están haciendo demasiado dependientes de una red "social" que les chupa la individualidad y las convierte en autómatas. Se están alienando. ¡Únanse como buen proletariado!
Fan 3 de AC/DC: ¿qué es proletariado?
Fan 3 de Jonas: ¿qué es social?
Sassure: ¿ya no se estudia semiología en la primaria? ¡En mis tiempos la cosa era diferente!
McFly: Los viajes en el tiempo pueden cambiar el curso de la historia
Marx: ¡callate maldito burgués!
Fan 2 de Jonas: ¡que ganas de comer en burguer!
Fan 1 de AC/DC: ¡basta! ¡yo le doy! ¡vení pa'ca!
Heráclito: ¡Terminen! Todo cambia constantemente, ¡asi que cambien su actitud!
Nietzsche: No llegaré nunca al final. No existe final. ¿Has escuchado hablar del Eterno Retorno?...Es algo que me intriga. ¿Realmente volvemos a vivir lo ya vivido?... ¡Todo vuelve y retorna eternamente, cosa a la que nadie escapa!. El principio de la persistencia de la energía exige el Eterno Retorno, la medida de la fuerza (como dimensión) es fija, pero su esencia es fluida, el mundo, es un círculo que ya se ha repetido una infinidad de veces y que se seguirá repitiendo in infinitum (*).
Sartre: ¡opio!
Marx: ¿religión acaso?
Sarte: ¡opio! ¿querés?
Marx: Bueno dale
McFly: yo también.
Fan 1 de Jonas: ¡eso tiene olor a pico dulce!
Yo: pará Friedrich lo que querés decir es acaso que como la energía del universo es finita y el tiempo es infinito las combinaciones posibles de energía están condenadas a repetirse infinitamente; o es meramente una justificación necesaria para amar la vida y sostener el vitalismo.
Nietzsche: interpretalo como quieras. Yo no puedo enseñar a pensar.
Sassure: a Heráclito y a mi no nos convidaron opio. ¿Vos querías Friedrich?
Nietzsche: yo traje mis cosas, gracias.
Yo: ¿Cada cuanto se repite?
Nietzsche: no se.
Yo: Siempre es igual, cada vez que uno creía que había finalmente escapado al destino fatídico ¡zas! ¡Siempre lo mismo!
Sartre: ¡relajate y ejercé tu libertad! ¿vos también querés?
Yo: ¿Y si mejor sale una ronda de mate para todos?
Fan 2 de AC/DC: uh buenísimo loca yo cebo unos.

Asi la banda del club de fans que al principio parecía enfrentada terminó bien. La fan de jonas y el de AC/DC tuvieron 8 hijos y después se casaron vía Singapur. Heráclito y Sassure fueron grandes amigos mientras Marx, Nietzsche y Sartre se convirtieron en capos del opio en el Mar Adriático. En cuanto a mi, estoy tratando de observar elementos que completen o refuten la tesis del eterno retorno junto a Marty y al Doc. No entiendo cómo puede ser una realidad observable o perceptible, tal vez nunca deje de ser una teoría. Tal vez Friedrich tiene razón respecto al vitalismo: hay que amar la vida con sus alegrías y tristezas, sus éxitos y sus fracasos, el amanecer y el ocaso; aunque no siempre es tan fácil.
Chau, que se me va el bondi.



(*) de La Gaya Ciencia.

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