22 de diciembre de 2009

Parte IX - última.

De repente el bosque desapareció:el césped, el arrollo, la luna y las estrellas; los árboles, los sonidos de bestias acechantes y el dragón. Ambos quedaron envueltos en la más profunda oscuridad, sin embargo, ya no temían. Les hubiera gustado decir que de un momento a otro sus heridas se esfumaron, sus dudas se disiparon, compraron un castillo y un perro, y fueron felices para siempre. Pero por supuesto eso no sucedió. Ni siquiera en la tierra de la magia las cosas se solucionaban tan fáciles.
Lo que si sucedió fue que la oscuridad duró poco. A su alrededor apareció el castillo en el que años antes y por caminos distintos habían conocido a los Caballeros. Sophie reconoció enseguida esa habitación de la cual había partido hacia el Túnel del Silencio. Había extrañado su cama mullida y cálida, dormir cómoda era para ella un lujo demasiado grande.
De inmediato saltó hacia su lecho y cayó cuavemente entre las sábanas. Gaëtan la siguió, y esta vez no huyó arisca sino que contempló sus ojos y le sonrió. Quizá él también veía lo mismo cuando observaba sus ojos.Con cada roce y cada mirada cómplice, con cada primer y milésimo beso, un poco más eran uno. Porque en ese momento único y perfecto eran Cariño, Pasión, Seguridad, y más aún: eran Amor.
Ya comenté que esta historia no termina tan fácil y perfecta, recuerden lo que había dicho Cariño y no se equivocaba: Amor es un rey rebelde, no es fácil de controlar cuando se lo tiene. Lo que si es difícil es que una vez encontrado desaparezca por completo, sucede simplemente que no siempre es visible. Rebeldías aparte entonces, podemos decir en cambio que vivieron para siempre llenos de amor.


0 opiniones humanas:

Publicar un comentario

Resúmenes y opiniones del pensamiento humano

Soundtrack


MusicPlaylistRingtones
Create a playlist at MixPod.com