21 de diciembre de 2009

Parte VIII

Habían confiado en ellos por un rato, pero en el Bosque la Inseguridad y la Duda siempre estaban. Y aún no eran lo suficientemente fuertes como para vencerlos. Sólo con Voluntad podrían, pero no lograban encontrar nada más que miedos y dudas. Tampoco se habían curado. Desconfiaban, se temían, luchaban, se lastimaban; el Miedo, la Inseguridad y la Duda avanzaban cada vez más sobre ellos. A veces se perdían y después casualmente (o no) sus caminos volvían a juntarse y a separarse. Cada vez que esto pasaba aparecía el temible dragón, hiriéndolos por dentro y por fuera.

N. del N: no es el final, sino la parte triste antes de que todo se solucione. Lo que pasa es que esta parte se torna bastante repetitiva y molesta, por lo que vamos a hacer una elipsis y avanzar unos meses más.

Ni Sophie ni Gaëtan habían encontrado la salida del bosque. Hacía un par de semanas que no se cruzaban. Finalmente ella cayó rendida en la orilla de un arrollo, estaba demasiado débil como para seguir huyendo. ¿De qué huia realmente? ¿De Miedo acaso? Pero cuanto más huia más lo encontraba. Se sentía prisionera de él, no podía escapar, no podía luchar.Allí ya no había nieve, y de repente vió asomarse a la luna entre las nubes. Eso la animó un poco, y la contempló largo rato.
- Sophie – le dijo su compañero de camino, que una vez más la había encontrado.- No huyas de mi.
- No puedo más. Vete.
Gaëtan se acercó un poco más. – Ya lo entendí. El miedo y la duda son ilusiones. Sólo existen aquí dentro – señaló su pecho- Si crees que existe el dragón le das el poder de quemarte. Creeme, por favor.
- ¿No estás asustado acaso?
- Ya no.
- Yo sí.- dijo ella con impaciencia.
- Yo te cuido. Te necesito.- Intentó acariciar su cabello pero ella se movió un poco. Si hubiera tenido energía para correr estaría ya muy lejos, pero no tuvo opción más que aceptar su compañía; entonces decidió ignorarlo. Sin embargo él siguió hablándole.
- Ahora entiendo, yo encontré Voluntad y por eso ya no tengo miedo, no quiero seguir luchando contra enemigos invisibles. Pierdo el tiempo. Miedo esta ahí en esa armadura incorpórea que creíste que iba a protegerte, pero que en realidad te está lastimando cada vez más. Quitártela es para vos un riesgo muy grande, te entiendo, es lanzarse al abismo de lo desconocido.
- Veo que vos tuviste la misma charla con el Caballero.
- No, llegamos aquí por caminos diferentes. Pero no podemos salir solos del Bosque, sino juntos. Muchísimas veces no pude protegerte, porque yo también era prisionero de Miedo. Pero ahora sí puedo, porque logré liberarme.
- No podemos vencerlo sin Amor.- retrucó ella, empecinada en ganar la discusión.
- Amor no se aparece ante uno solo. Quitate esa armadura y acompañame a buscarlo.
Entonces ella lo miró a los ojos por primera vez en mucho tiempo. Había olvidado lo hermosos que eran, ya no había tristeza en ellos; sino algo distinto. Era una mirada como la de Cariño, Pasión, y todos los demás Caballeros, pero todos a la vez. Se dio cuenta que era en realidad mucho más sabio de lo que ella pensaba, mucho más sabio que cualquier otro que conociera. De repente tuvo la sensación de que esta vez sabía lo que estaba haciendo y podría protegerla. Las nubes desaparecieron rápidamente y contemplaron juntos las estrellas. Gaëtan intentó acercarse a Sophie una vez más, esta vez ella dejó que la envolviera entre sus brazos; y de repente sus heridas más profundas dejaron de doler.

Parte VII

0 opiniones humanas:

Publicar un comentario

Resúmenes y opiniones del pensamiento humano

Soundtrack


MusicPlaylistRingtones
Create a playlist at MixPod.com