16 de diciembre de 2009

Parte V

Mujer creía que habían pasado casi dos años después de esa charla con Cariño. Se quedó en el castillo, y desde ese día no volvió a sentirse amenazada por Miedo. Era por supuesto, lo más lógico. Si no había riesgos, no tenía porque sentirlo; aunque tampoco había avances significativos. Durante ese tiempo había crecido en todos los aspectos en los que puede crecer una persona; había aprendido muchísimas cosas y se sentía tranquila y felíz.
Una noche súbitamente sintió frío por primera vez desde que había comenzado su estancia. Le extrañó, ella sabía que en el castillo nunca era invierno. Abrió los ojos y desperezándose observó su alrededor. Su habitación había desaparecido y en su lugar había un túnel con paredes de piedra, oscuro y extenso. No podía ver el final, parecía interminable. Habían desaparecido las puertas y ventanas de la habitación. No había lugar dónde ir, salvo avanzar por el túnel.
En un primer momento no quiso moverse, pensó que sería un pequeño error de la hechicería del castillo y que pronto vendrían a buscarla. Había pasado tanto tiempo cómoda y tranquila que había olvidado cómo eran las sorpresas del camino, cómo era la vida nómade.
Pero visto que no podía hacer otra cosa, comenzó a andar por el túnel. Sin zapatos, sin provisiones, recién despierta. Siempre adelante, sin había bifurcaciones ni ángulos. El paisaje siempre era igual, y cada vez más frío y oscuro. Ni por asomo alcanzaba a ver el final.
Luego de unas horas inmersa en la oscuridad impenetrable alcanzó a ver un sector iluminado. Instintivamente se acercó. Pero no era una abertura, sino un cartel: “Túnel del silencio”, rezaba en letras doradas que parecían impartir luz que no salía de ningún lado. El cartel le pareció excesivamente redundante y siguió su camino.
Estaba demasiado vacío de luz y sonido; por lo que Mujer comenzó a pensar en voz alta. Comenzó a relatar recuerdos de sus viajes, sus aventuras heroícas olvidando convenientemente aquellas en las que había perdido. Más adelante encontró un nuevo cartel, como el anterior: “SILENCIO”.
- Ahora hasta los carteles me dan órdenes- gritó furiosa.
Las paredes se cerraron súbitamente al punto justo para que pudiera seguir caminando. Comprendió el mensaje del túnel. Comenzó a preguntarse las razones para estar allí. Tal vez había aprendido todo lo que el castillo tenía para ofrecerle. Tal vez los caballeros la habían abandonado, y estaba sola de nuevo. ¿Y cómo le ayudaría este túnel oscuro y helado a encontrar a Amor? ¿Si era tan hermoso, por qué había que pasar por un lugar tan horrendo para llegar a él? ¿Qué había pasado con el castillo? ¿Por qué para encontrar a Amor debía irse de su morada? En el silencio, su pensamiento y sus sentidos estaban más alertas.
Encontró un nuevo cartel, decía “El conocimiento es la luz que iluminará vuestro camino”. ¿Conocimiento de qué? Volvió a los recuerdos de sus aventuras, y se preguntó por qué no había contado en voz alta las oportunidades en las que había perdido. ¿Acaso quiso agradarle al túnel? Enseguida se dio cuenta que había hecho una idiotez, el túnel era inanimado. Pensó en todas las oportunidades en las que había hecho lo mismo. Guardaba los cuadros de los torneos de espada que había ganado, pero no los que había perdido; conservaba los dientes de los dragones que había matado, pero nada de aquellos que la habían herido, y asi con miles de cosas más. Incluso con las personas, conservaba las amistades que pensaban que ella era buena, generosa y fuerte; se distanciaba del resto.
- Tal vez me he pasado toda la vida queriendo agradar a la gente. –Las paredes se abrieron y dejaron pasar el aire. –Me he estado mintiendo al negar todas mis debilidades, si no las acepto, no podré corregirlas.
De repente el túnel se iluminó con un tipo de luz que no se parecía a ninguna conocida, y parecía no venir de ninguna parte, o de todas partes; y Mujer finalmente pudo vislumbrar el final. ¿Estaría Amor al final del túnel? Corrió lo más rápido que pudo, no aguantaba un segundo más allí dentro. Al salir del túnel se encontró en una pradera helada, parecía ser el centro de un bosque. Estaba nevando, y hacía aún más frío que dentro del túnel.

Parte IV

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