20 de agosto de 2009

Viaje

Cada algunos cientos de años voy a hacer un viaje por la Tierra Media, creo que me sirve para aprender ciertas cosas y aunque vuelvo casi siempre con las manos vacías mi cabeza y mi corazón vuelven llenos de experiencias.

La partida suele ser difícil, yo no soy tan desprendida como mi padre y para emprender un viaje por lugares desconocidos con una duración indeterminada debía armarme de valor. Pero incluso más complicado que la partida es la vuelta. Primero, decidir cuando es el momento, luego buscar el camino de vuelta.

Casi religiosamente hay una constante en todos mis viajes, y es cruzarme con el dragón del miedo y la duda. En uno de mis viajes un sabio guerrero me dijo "cada vez que lo veas, vos vas a ser más fuerte, y él más débil" (creo que ya lo había dicho en otro post!). Creo que eso funcionó para él, pero no para mi. El dragón tiene cada vez formas diferentes, ¿cómo podría entonces encontrar sus debilidades? Pero a pesar de todo me enorgullece decir que tarde o temprano siempre cae y aunque él no sea más débil, yo si soy más fuerte.

Siempre aparece el dragón con el mismo argumento, "¿qué es aquello que buscás tan fervientemente como para soportar tantas penurias? Abandoná, cortala, no ganás nada, y hay cerveza gratis". Me hace reír, pobre, como si fuera a vender mis principios y mis ideale spor tan poca cosa.

Creo que algunas veces pienso en llegar a tal punto planeado en el itinerario de mi viaje que no veo el sendero por el que transito. Me dijo un mago que ese es un error muy común en elfos y hombres. A veces sólo con levantar la vista del suelo y observar el paisaje podés saber donde te estás metiendo. De esa forma lo que te encuentres no te va a agarrar tan desprevenido.

El sendero siempre lleva de un estado determinado a otro mejor, aunque a veces no se comprenda del todo. Fue ese mismo personaje que me dijo que cuando volviera atrás por el mismo camino encontraría celosa, envidias, miedos, dudas, mentiras, todo aquello que somos a veces pero que nos gustaría dejar atrás.

Bestias, pájaros, elfos, hombres y fantasmas me acompañan ocasionalmente en mi viaje. Algunos por horas o días, otros por meses o años. Porque para eso voy, para aprender de lo que me encuentre. A medida que avanzamos dejamos atrás lo conocido, de otra forma no podemos alcanzar lo desconocido. Esto es desprenderse de juicios o identidades o valores.

Entonces lo que surge es que lo que considero malo o injusto es una ilusión en mi cabeza. Veamos un ejemplo: si creo en el dragón del miedo y la duda le doy el poder de quemarme. Si no existe, no puede. Sucede que todo lo que hay en el universo, tangible o no, está hecho de la misma materia prima. Todos somos iguales, somos uno, somos princesa, mago, árbol y arrollo. Cuando comprendemos eso somos libres de ir a donde queramos, y recién ahi encontrar el camino de "regreso", porque después de un aprendizaje no se puede volver al punto de partida, solo adelante.

0 opiniones humanas:

Publicar un comentario

Resúmenes y opiniones del pensamiento humano

Soundtrack


MusicPlaylistRingtones
Create a playlist at MixPod.com